Si sigues una dieta sin gluten o cocinas para alguien que lo hace, no te pierdas este artículo. La contaminación cruzada por gluten ocurre con más frecuencia de lo que imaginas, y evitarla es clave para quienes son celíacos. No hace falta volverse loco ni llenar la cocina de etiquetas, pero sí estar atentos a ciertos detalles. Con unos pequeños cambios en tu rutina, puedes mantener los alimentos sin gluten a salvo y disfrutar sin preocupaciones. ¡Vamos a descubrir cómo hacerlo!
¿Qué es la contaminación cruzada por gluten?
La contaminación cruzada por gluten ocurre cuando los alimentos que no tienen este componente entran en contacto con otros que sí. Es como si se colara en los alimentos por compartir utensilios, superficies o incluso manos sin lavar. Por ejemplo, si usas la misma tabla de cortar para el pan normal y el pan sin gluten, ahí ya tienes un problema. Los celíacos necesitan evitar cualquier traza, por mínima que sea, ya que pueden causar problemas de salud sin darnos cuenta.
Ejemplos de contaminación cruzada por gluten
Aquí van algunos ejemplos muy comunes de cómo puede ocurrir la contaminación cruzada que afecta a los celíacos sin darnos cuenta:
- Usar la misma tostadora para pan con y sin gluten es uno de los errores clásicos. Las migas de un lado saltan al otro y ya tienes una fuente de contaminación.
- Otro error habitual es cocinar pasta con gluten en una olla y luego, sin limpiarla bien, cocinar la que no lo contiene.
- También puede pasar cuando usas el mismo cuchillo para cortar pan, o si almacenas productos de ambos tipos en un mismo recipiente.
- El horno o las freidoras de aire también ofrecen un riesgo de contaminación cruzada por gluten alta, ya que muchos restos de harina o pan se pueden quedar en rincones que no se aprecian a simple vista.
Cómo evitar la contaminación cruzada para celíacos
Ahora que ya sabes cómo ocurre, vamos a lo importante. Con algunos trucos muy sencillos podrás evitarlo tanto en las preparaciones, como en la propia comida. ¡Vamos a conocerlos!
Almacenaje
Lo primero es organizar bien tu despensa. Guarda los productos sin gluten en estantes separados o en recipientes herméticos. No es necesario que compres envases especiales, simplemente asegúrate de que los alimentos sin gluten estén lejos de cualquier producto que pueda contaminar.
Además, si compartes la cocina, podrías etiquetar las zonas para que todos sepan qué se puede usar con seguridad.
A la hora de cocinar
Cuando vayas a cocinar, asegúrate de que los utensilios, ollas y sartenes que usas estén bien limpios. Si puedes, usa utensilios exclusivos para los alimentos sin gluten.
Por ejemplo, un cuchillo, una tabla de cortar y una sartén solo para esas preparaciones. Así te evitas cualquier mezcla que pudiera ser perjudicial para los celíacos. También es buena idea cocinar los alimentos sin gluten primero, antes de que la cocina esté ‘contaminada’ con el gluten de otros platos.
En la mesa
Por último, a la hora de servir, mantén los alimentos sin gluten separados de los que sí lo contienen. Usa platos y cubiertos distintos para evitar que se mezclen.
Si sirves pan, colócalo en un plato diferente para que las migajas no salten de un lado a otro. Y cuidado con los platos compartidos, como las ensaladas, postres, frituras o las salsas, donde habitualmente comen varias personas a la vez. Como ves, no es complicado evitar la contaminación cruzada por gluten si sigues estos pequeños consejos. Y si quieres preparar recetas sin gluten espectaculares, en Pescanova tenemos una sección de productos del mar perfectos para celíacos. ¡Anímate a probarlos y disfruta de recetas sin preocupaciones!